Los pares molan y como rezaba el evento de mi cumpleaños «…y los 32 serán, fácilmente, mejor que los feos 31.» Este año no tuve falsas actuaciones y aunque hubo alguna baja, conseguí reunir a los que llevan todo este último año aguantándome. Sobró comida y aunque ahora tengo menos espacio, no fue un problema. Tenía pensado decir unas palabras de agradecimiento pero me rajé en el último momento porque sabía que se me saltarían las lágrimas y estaba saliendo todo tan redondo con todos hablaban con el resto que preferí no cortar el rollo. Por ello, creo que ha sido la mejor celebración que he tenido en mucho tiempo o que quizás el quitarme malos rollos me ayuda a disfrutar de lo que tengo.
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