El miércoles el pregón llegué justita (como cada año) para cambiarme de ropa, coger un bocadillo y bajar donde habíamos quedado que en 15 minutos empezaba el pregón. Debido a esto no estuvimos muy cerca, pero había gente muy curiosa y sanjuanera. El pregón (que fue una mujer quien lo recitó) que aunque tenía muy buen audio, como siempre los sentidos se dispersan y uno sólo está para saltar y seguir los ánimos que surgen:
«Que bote la banda (de música)»
«Soria entera se va de borrachera»
«oe, oe, oe»
Tras el pregón desde la tarta vimos el desfile de la banda, los jurados y las peñas que con su característico serpenteo que gracias al Aquarios sanjuanero (vino en bota) se dirigían a la Alameda de Cervantes.
Por la noche la fauna soriana demostró su arte en demostrar quien había sido el más original con sus complementos o en el diseño de su indumentaria sanjuanera.