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Dublín, donde comenzó todo

Llevo unos meses triste sin ganas de hacer nada, arisca. Aunque intento disimularlo y estar ocupada el puente de noviembre se me escapó por desidia y debía cambiarlo. Rauda compré un vuelo a Dublín. En Irlanda pasé un mes en 2004 a mejorar mi inglés pagado con los ahorros de la beca de colaboración de la UCM. No conocía a nadie y me iba sola. Estuve en un pequeño pueblo cerca de Dublín llamado Rush viviendo con una familia cuya madre era irlandesa pero que tras morir el marido dejó Londres con sus dos hijos y se volvió a su pueblo. El hijo mayor insultaba a la madre (aprendiéndolos yo) y el de 7 años empezó a tomar té conmigo sin yo incitarlo para sorpresa de la madre. En la casa también había un canario y un estonio que ostenta el premio que más calabazas he repartido. Fue la primera vez que pasaba tanto tiempo en el extranjero sin conocer a nadie y lo que abrió el gusanillo para futuras aventuras. Un año después me iba a Islandia. A este viaje sólo le pido descansar la mente. Espero perderme y volver a disfrutar perdida por calles que quizás me suenen los ratos que mi anfitrión esté trabajando.

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No soy graciosa pero sí ocurrente.

10 comentarios sobre “Dublín, donde comenzó todo

  1. Me encanta viajar, o mejor dicho: me encantaría viajar… Pero estoy un poco anclada por un millón de cosas que al final no son nada importantes si no soy feliz…. aissh… me encantaría vivir moviéndome

  2. Hola Oria!! Soy Bea, hace mucho que no te dejaba un comentario por aquí. Creo que a veces sentimos la necesidad de hacer cosas así, sobre todo personas inquietas como nosotras, no te parece? Te animo a que retomes el blog y nos cuentes esa experiencia en Dublín. Espero verte pronto por Madrid, a ver si en febrero podemos coincidir, me encantaría 🙂 Además tengo un montón de preguntas que tengo que hacerte sobre Islandia, tu isla favorita hahahah Necesito mil consejos 🙂
    Un beso enorme!!!

    1. Pues pasó febrero y no coincidimos. Y la barbaridad de spam que recibo en el blog me hizo no ver tu comentario, te pido disculpas. A ver si cuando vuelvas del viaje de curro nos vemos y te respondo las dudas. Besos!

  3. Me gusta mucho eso de «donde comenzó todo». Porque todo tiene un comienzo que comienza en algún sitio.
    Llegué a tu blog de casualidad, buscando cómo tejer una «lopapeysa». De repente aparecí en un post tuyo (sobre un video de Bon-Ivern… que me encanta). Y ahora no puedo dejar de leerte….

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